Y harto de buscarte siempre a oscuras y de volverme en puro hielo tiré toda mi vida a la basura, y ni las ratas se la comieron.
Nadie me persigue pero yo acelero. Llaman a mi puerta y yo ya a nadie espero.
Voy a tatuarme a fuego una casita, para que allí vivan nuestros corazones
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