María se sentía sola aquella mañana. Decidió ir a buscar sonrisas. Se topó con muchas personas, pero todas le decían que no eran tiempos para sonreír todos iban con prisas y sin mirar a nadie a los ojos. Triste, María siguió su camino, aunque cada vez estaba mas hundida.
Pasó por un parque, donde se sentó a descansar.
Y allí encontró esa sonrisa. Fugaz, inocente.
Y en un segundo, su mundo cambio de gris, a un alto colorido.
Y es que una sonrisa, puede cambiar tu mundo.
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