Casi nunca me peino y me aburre arreglarme.
Hablo demasiado, tanto mucho como poco, y a veces, se me sube el volumen cuando me entusiasmo.
Me dan ataques de risa y consigo llegar a ser muy pesada. Pero cuando me pongo nerviosa, soy una roca, inexpresiva.
No me gusta la monotonía. Tengo rachas en las que soy insoportable y no paro de gritar y de enfadarme con el mundo. Soy muy mimosa. Me gusta escuchar música a todo volumen y de vez en cuando me encanta mezclarme con el silencio. La gente dice que estoy loca y se ríen constantemente de mi estupidez. La mayoría de las veces soy muy infantil y cojo cariño a las personas muy rápido.
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