Sentada con las piernas en alto,cansada del trabajo y del verano. Pero el cielo está nublado, y una brisa renovada entra por mi ventana y se me eriza la piel. A mi lado, un tigre de 7 kilos duerme plácidamente.
Y de pronto, su olor, invade el aire. Y una sonrisa se planta en mi cara. Y aunque tenga fecha de caducidad, sigo sonriendo, porque nadie me va a quitar los momentos vividos, ni las sonrisas, ni las caricias y besos de mi piel. Y me quedo con eso.
Dicen que hay que quedarse con lo bueno, ¿y por qué no?
Y siempre con sueños. Porque sin sueños no se puede vivir. Y sin sonrisas tampoco.
16 sept 2015
Be happy
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario