Despertar y escuchar la lluvia un 9 de agosto.
Ese día te levantas con sueño, pero el sonido de la lluvia altera tus sentidos y levantas la persiana para confirmarlo. Y si, el olor a tierra mojada invade la mañana. Y sonríes.
Vuelves a recostarte en la cama, y deseas que Big estuviera a tu lado, ruedas hasta su lado de la cama, y respiras. Y su olor aún sigue entre las sábanas. Y vuelves a sonreir.
Y ya, te levantas dispuesta a comerte el día, o a cocinarlo.
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