3 dic 2015

Pequeñita

María ese día se sentía más pequeña de lo habitual. La última semana había revolucionado su mundo en todas las maneras posibles, por ello se sentía feliz. Y notaba, como poco a poco,  esa sonrisa tonta se iba apoderando de su cara. Al principio sus sonrisas eran raras, no habituadas a estar allí durante tanto tiempo. Pero se fueron anidando allí cómodamente, y cada vez empezaban a ser más grandes.
No recordaba esa sensación. Las charlas nocturnas, el ponerse colorada cuando alguien lo mentaba, ese extraño cosquilleo que le recorría la médula....
Aquello le hacía sentirse como Alicia despues de beberse su pócima. O como Dothory atravesando el camino de baldosas amarillas hacia ciudad esmeralda.
Era una sensación literaria podría decirse.
En su pequeña mente, retumbaban las palabras de una gran persona : Las ilusiones también son las que nos impulsan a seguir adelante.
Aquello le volvió a hacer sonreír, tenía tanta razón...
Y entre aquellas discordancias mentales, María se rindió y se quedó profundamente dormida mientras seguía soñando.

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