12 sept 2020

Día de limpieza

 Me sorprendí rompiendo papeles viejos, y sacudiendo cajones, hurgando en mi pasado y echando a la basura lo que en algún momento guardé y ahora lo tiro. Mis cajones llenos de notas, papelitos, pilas viejas, agendas caducadas y mil cosas que en otro momento atesoré, para que el día de hoy los tire a la basura.


Guardamos compulsivamente, por si en algún momento lo necesitamos, y al pasar los años nos damos cuenta que vivimos rodeados de cosas sin utilidad, recuerdos vanos, aferrándonos a ellos por si algún día los vamos a ocupar.

Una entrada del metro, que fácilmente tiene 15 años, la garantía de un equipo  que ya ni existe, el manual de un portátil que le regalé a mi madre hace mas de 10 años, notas de amor de alguien que olvidé,  tarjetas de felicitación, y la invitación a una boda de gente que ni conozco, llaveros, etc...

Tiré tantas cosas que llené dos cajas grandes, que se fueron directos a la basura, por fin, el orden, y el espacio suficiente para cosas nuevas que algún día serán parte de mi pasado, y que probablemente nunca las llegue a volver a mirar. 


Me doy cuenta que también he atesorado sentimientos que nunca he usado, como el odio, la ambición desmedida, el egoísmo, y que ahora me encuentro echando a la basura junto con ese par de cajas con recuerdos, quedando más espacio para la compasión, la paciencia, la empatía, el amor, y el perdón hacia quienes lo necesiten. También he de decir que una personita pequeñita, de apenas un año, ha atesorado todos mis sentimientos bonitos y se los ha guardado para él. 

Teniendo orden en la casa, y orden en mis sentimientos, siempre queda más espacio para llenarlo con lo mejor de nosotros, para llenarlo de amistad y de comprensión, que en el camino de la vida, nos servirán más que cualquier tesoro. 



1 comentario:

Anónimo dijo...

Nadie te igualará jamás. Nadie se te puede comparar.

Tienes el mundo a tus pies.

No lo olvides nunca.

Eres perfección.

Tu.

Siempre