13 nov 2015

De miradas entrañables

María se quedó embobada, pensativa y con esa sonrisa tonta que le provocaba él.  

Entrañable. Era una palabra preciosa, y él la había utilizado para referirse a ella. Y con ella nunca habían usado esa palabra, así que su cabeza seguía vagando mientras en sus labios se quedaba una sonrisa perpetua.
Quizás no es que María se había acordado bastante de él,  si no que no había salido de su cabeza.

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